El irresistible silbido de Don Venerando de Carlo Manzoni[1]
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«El señor Veneranda se detuvo delante de la puerta del garaje de una casa, miró las ventanas oscuras y silbó varias veces como llamando a alguien. Un señor se asomó a una de las ventanas del tercer piso.-Sí, no tengo llave gritó el señor Veneranda.
-¿Y la puerta del garaje está cerrada? gritó nuevamente el señor asomado a la ventana.
-Sí, está cerrada contestó el señor Veneranda.
-Entonces le tiro la llave.
-¿Y para qué? preguntó el señor Veneranda.
-Está bien gritó el señor Veneranda. Si quiere que abra la puerta del garaje tíreme la llave.
-Pero ¿usted no vive aquí? preguntó el señor asomado a la ventana, que empezaba a no entender nada.
-¿Yo? No gritó el señor Veneranda.
-¿Y entonces para qué quiere la llave?
-Si usted quiere que le abra la puerta del garaje necesito la llave, ¿no es cierto? No puedo abrir esa puerta con mi pipa, ¿no le parece?
-Pero si yo no quiero abrir la puerta del garaje gritó el señor asomado a la ventana. Creía que usted vivía aquí. Lo oí silbar.
-¿Porque todos los que viven aquí silban? preguntó el señor Veneranda, gritando siempre.
-Si no tienen llave, sí respondió el señor asomado a la ventana.
-Yo no tengo llave gritó el señor Veneranda.
-¿Puede saberse por qué gritan tanto? No se puede dormir ululó un señor asomándose a la ventana del primer piso.
-Gritamos porque el señor está en el tercer piso y yo estoy en la calle contestó el señor Veneranda. Si hablamos en voz baja no nos entendemos.
-Pero, ¿qué quiere usted? preguntó el señor asomado a la ventana del primer piso.
-Pregunte al inquilino del tercer piso qué quiere dijo el señor Veneranda. Todavía no he entendido: primero quiere tirarme la llave para que abra la puerta del garaje; después no quiere que abra la puerta del garaje; después dice que si silbo tengo que vivir aquí. En suma, todavía no he entendido. ¿Usted silba?
-¿Yo? ¡No! ¿Por qué tendría que silbar? preguntó el señor asomado a la ventana del primer piso.
-Porque usted vive aquí dijo el señor Veneranda. El tipo del tercer piso dice que todos los que viven en esta casa silban. ¡Bah! De todos modos eso no me interesa. Si se le antoja, silbe todo lo que quiera.
El señor Veneranda saludó con una inclinación de cabeza y continuó con su camino, murmurando que esa casa debía ser un asilo de locos.»
* * *
Actividades propuestas [destinatarios: estudiantes de ELE de nivel B2/C1; objetivos: mejora de la destreza pragmático-comunicativa y desarrollo de la capacidad de análisis de los elementos pragmáticos de un texto humorístico; temporalización: 1 hora aproximadamente, sin contabilizar el tiempo dedicado a la actividad final]
- Tras la lectura/escucha, reflexiona e intercambia tus ideas sobre el humorismo que caracteriza Don Venerando: ¿Cómo crees que se engendra? ¿Nace de la lengua o la lengua solamente lo “viste” y lo amplifica? ¿Y cuál es, entonces, el “motor” – o dicho en otros términos, cuál es la raíz pragmática – de este tipo de humor? ¿Crees que este texto sigue produciendo sobre los lectores de hoy los mismos efectos que producía sobre los de los años ’50 o ’60? ¿En tu opinión, el humorismo envejece/envejece solo por fuera/no envejece?
- Ahora (en grupos de 4/5 estudiantes), tratad de esquematizar el funcionamiento del texto – y del humor – de Carlo Manzoni utilizando algunos conceptos pragmáticos básicos como emisor/receptor, intención/inferencia, entorno, etc.
- Actividad final (en grupos): ¿podríais imaginar otra escena, protagonizada por don Venerando (o por cualquiera de vosotr@s que quiera *donvenerandear(se)* por un rato), que se base en mecanismos pragmáticos parecidos? / En alternativa: ¿has escuchado nunca un diálogo (o un intercambio verbal o no verbal) cómico y algo absurdo en una situación comunicativa real? ¿Piensas que sería posible o imposible que ocurriera? Comparte tu experiencia y tus reflexiones con el grupo.
[1] Carlo Manzoni (1909-1975) fue un humorista y periodista milanés, colaborador de revistas satíricas como Il Bertoldo y Candido. Si se exceptúan sus numerosas parodias de la novela policíaca, su obra de humor más destacada es, con probabilidad, Il signor Veneranda, publicada en 1949 por Rizzoli Editore. Esta misma obra se publicó también en España en 1956, con el título Don Venerando, traducida por Fernando Perdiguero. Desconocemos la existencia de versiones tituladas El venerable Veneranda, a las que algunos hacen referencia en la Red. Sin embargo, es probable que en la mayoría de los casos se haga referencia a la misma obra original (Il signor Veneranda) y, en cualquier caso, es cierto que este fragmento pertenece a ésta.
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